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Viñeta, Sesion 2 del 23 de Febrero /13

Publicado por Por Juan Antonio Cortes activado 8 Marzo 2013

Viñeta, Sesion 2 del 23 de Febrero /13

SÁBADO 23 DE FEBRERO DEL 2013; SESIÓN II; SEMANA IV.

Por Juan Antonio Cortés R.

Registro de observación.

Se inició la sesión hablando acerca de los cambios dentro de los grupos (una tonalidad que perduró a lo largo de la sesión tanto teórica como vivencialmente), así como también sobre las etiquetas que se les suele asignar a las personas, cierta manera de darles una identidad, ya sea en tatuajes o apodos.

Luego, se pasa a hablar de la realización de deseos en los grupos, y aquí el coordinador dice que se debe a que uno encuentra lo que le satisface allí, tomando como ejemplo un filme de Jim Carrey en donde se presentan este tipo de situaciones; Fight Club (1999) también es una de ellas en las que ‘se vierte sobre la fantasía de lo que uno busca en los grupos que termina por instalarse ahí’.

La pertenencia e internalización del grupo que cada quien va tomando como propio es con lo que se continuó en base a la experiencia de una de las compañeras que labora en una corporación de seguridad del estado, y cómo diversas instituciones promueven la pertenencia dentro de ellas en un mensaje que raya en lo explicito de dar la vida por tal o cual cosa, como lo es la patria cuando se habla de guerras y demás. Todo esto fue dicho por el grupo como una regresión narcisista, así como simbiótica.

Parecía que la pregunta consistía en un ¿Qué representan los grupos para la sociedad? A la vez del cuestionamiento de ¿qué representan los grupos para nosotros?

Después, en voz de una compañera se hace una analogía de la ilusión grupal y la asistencia de su hermano al nutriólogo en la cual él dice que cumple con lo imperativo de la dieta ‘pues quiere ver feliz a su nutriólogo’ esto se liga diciendo que hay ocasiones en las cuales el deseo individual pareciera complacer al otro y viceversa, esto desde una perspectiva individual pero que se puede ampliar a lo grupal.

Cada una de las vertientes que puede tomar el impulso de un grupo también se puede convertir en una transformación peligrosa, esto en ocasiones cuando se convierten en asuntos políticos que se vuelven manipulables y afines a las maneras perversas de transgresión.

Aquí aparece un giro de lo político a lo religioso en donde (también por la experiencia de una compañera) menciona el contraste entre las distintas doctrinas religiosas, entre su hermana y su familia y que la observación de ello hace cuestionarse lo ideales imperantemente marcados bajo los cuales se rigen. Ese núcleo ideológico en los grupos.

La misma compañera antes mencionada comparte otra experiencia en donde sus abuelos se les imposibilitaba un romance debido a que pertenecían a culturas religiosas distintas y aquí aparecía una situación similar a la anterior.

Se menciona por primera vez el miedo a la pérdida, pero, de una manera sutil, casi muda, sin resonancia (momentáneamente) y de inmediato se retoma el tema de las religiones de los cuales se logró concretar que implícitamente dan el mensaje de que ‘si perteneces aquí, allá no’.

Entonces, ¿cuáles son las garantías de dejar atrás los patrones establecidos para establecer algunos nuevos? Por ejemplo, dejar alguna religión por otra, que en este momento era el tema hablado (y el no dicho por parte del mismo grupo).

El coordinador aquí interviene -¿Qué se está perdiendo al venir aquí?- preguntando al grupo en general – Horas de sueño- dijo el compañero L. que en ésta sesión se había integrado al grupo y provocando la risa de todos los demás pero también enmudeciéndolos.

Luego B. N. habló sobre las ganancias particulares que tiene al asistir allí., que le parece excelente el paso de egresado a maestro que se planteó en un primer momento.

Pero, se plantea nuevamente la pérdida que implica a cada quien cuando alguien decide entrar a un grupo y se hace la analogía del observador y coordinador con el resto del grupo en donde los primeros parecen renunciar a ser parte del grupo pero para ganar otras más.

Por ejemplo, para ser coordinador se debe pasar por ser observador y el entrenamiento a saber observar cómo se cuestiona el vínculo de coordinador/grupo, pero el observador registra, en silencio.

Nuevamente el coordinador señala la sensación de pérdida tomando partes de los discursos antes dichos como la renuncia a una religión o no, donde uno se queda según el ECRO que perciba y si le agrada o no; la realidad como anclaje a la tarea.

N. G. prosiguió hablando de la estructura interna de cada grupo y B. N. de que en cada grupo pareciera surgir una necesidad para poder moverse. Aquí se pone sobre la mesa “la incapacidad para recibir personas” que si es efectivo, puede llegar a funcionar no solo ahí sino afuera también.

De manera tajante y sin tapujos el coordinador preguntó si gustaba que hubiera un integrante nuevo dentro del grupo a lo que recibió respuestas afirmativas justificadas a que ya había un reconocimiento anterior cara a cara con él, o que ya se estaba avisado de la llegada de alguien más, pero la pregunta latente pareciera ser ¿viene para quedarse? Algo que ponía en jaque a los miembros ante la baja de un compañero y la falta justificada de otra. Todo depende de la forma en cómo se es recibido para decidir quedarse o no.

Entonces ¿Podemos confiar en la gente? Se sumaba a una serie de preguntas que más a delante se verbalizarían. Luego se le preguntó a L. (el nuevo integrante) cómo se sentía, a lo que él respondió que más cómodo, que pasó de tenso a relajado, que no se preocuparan pues había la garantía de que seguiría asistiendo y cómo registra las posturas de cada uno de los miembros, en un transcurso de tenso a más relajado, diciéndose que el afecto también atraviesa por el cuerpo.

Viñeta, Sesion 2 del 23 de Febrero /13

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